sábado, 21 de noviembre de 2015

OBESIDAD ADOLESCENTE PARTE II


La obesidad en la adolescencia ha alcanzado proporciones epidémicas. Aunque las causas de esta sean complejas y se necesita más investigación, es mucho lo que se sabe de sus consecuencias y de lo que debe hacerse para detenerla. En los últimos diez años se han implantado medidas de prevención, por lo que ahora es momento de que nosotros las demos a conocer, con el fin de unificar  esfuerzos y brindar apoyo a los adolescentes por medio de una iniciativa de salud pública.
En este documento se proporcionara las principales líneas de acción estratégica para poner en marcha intervenciones integrales de salud pública que detenga un avance de la epidemia de la obesidad en la adolescencia.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA OBESIDAD EN ADOLESCENTES
Algunas publicaciones relevantes sobre este tema, en particular de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la alimentación y agricultura (FAO) y el World Cancer Research  Fund (1,2) concuerdan  en  que  los factores más importantes que promueven el aumento de peso y la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles (ENT)  conexas, son :
·         El consumo  elevado de productos de  bajo  valor  nutricional  y  contenido  alto  de  azúcar,  grasa y  sal  (denominados  en  este documento como productos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional), como los “snacks”*  y  la  comida  rápida.
·         La  ingesta  habitual  de  bebidas  azucaradas  y carbonatadas.
·         La actividad física insuficiente.
Todos ellos son parte de un ambiente obesogénico.
“El  consumo  de  bebidas  azucaradas  se  ha  asociado con  las  enfermedades cardiovasculares., la diabetes de tipo 2 y el síndrome metabólico. Los mecanismos fisiológicos  incluyen,  entre  otros,  la  hiperinsulinemia,  la  resistencia  a  la  insulina,  la arterioesclerosis  y  la  hipertensión  arterial”.
Organización  Mundial  de  la  Salud.  Dieta,  nutrición  y  prevención  de  enfermedades crónicas.   Informe   de   una   Consulta   Mixta   de   Expertos OMS/FAO   [Internet]. Ginebra: OMS; 2003 (OMS, Serie de Informes Técnicos 9) consultado el 8 de octubre del 2015]. Se puede encontrar en: http://libdoc.who.int/trs/WHO_TRS_916_spa.pdf
Reducir  el  consumo  de  azúcares  agregados  contribuye  a  la  prevención  del  grave daño que este consumo ocasiona a la salud de la población, pero indudablemente esto no es suficiente. Una  alimentación  saludable  debe  basarse  en  el  consumo  diario  de  frutas  y verduras,  cereales  integrales,  legumbres,  leche,  pescado  y  aceite  vegetal,  con  poco consumo de carnes rojas y procesadas.
“Una alimentación saludable exige que los sistemas  agropecuarios  y  alimentarios  sean  sólidos  y  faciliten  estas  opciones dado  que  los  alimentos  naturales  e  integrales  son  la  piedra  angular  de  la  cocina un ambiente obesogénico es el que promueve y apoya la obesidad en personas o poblaciones a través de factores físicos, económicos, legislativos y socioculturales”.
Organización  Mundial  de  la  Salud.  Dieta,  nutrición  y  prevención  de  enfermedades crónicas.   Informe   de   una   Consulta   Mixta   de   Expertos OMS/FAO   [Internet]. Ginebra: OMS; 2003 (OMS, Serie de Informes Técnicos 9) consultado el 8 de octubre del 2015]. Se puede encontrar en: http://libdoc.who.int/trs/WHO_TRS_916_spa.pdf
La  actividad  física  desempeña  un  papel  importante  en  la  prevención  de  la obesidad;  no  obstante,  para  contrarrestar  el  impacto  del  aporte  calórico  excesivo  son necesarios  niveles  muy  altos  de  ejercicio.  Por  consiguiente,  los  esfuerzos  preventivos basados ante todo en la actividad física tienen poca probabilidad de dar buenos resultados en  entornos  donde  los  productos  de  alto  contenido  calórico  y  bajo  valor  nutricional,  así como  las  bebidas  azucaradas  están  siempre  disponibles  y  se consumen constantemente.
Las botanas y bocadillos procesados son tradicionales  en  la  Región  de  las  Américas,  esas  mismas  tradiciones  pueden  ser  un instrumento valioso para promover la alimentación saludable. Es  fundamental  determinar  los  factores  que  impulsan  la  epidemia  de  la  obesidad para  sustentar  y  elaborar  medidas de prevención solidas relativas a la salud. En la actualidad se reconoce que, desde una perspectiva alimentaria, el   precio,   la   mercadotecnia,   la   disponibilidad   y   la   asequibilidad   determinan   las preferencias alimentarias de la persona, sus decisiones al comprar y los comportamientos alimentarios.  A  su  vez,  las  políticas  y  los  reglamentos  relativos  al  comercio  y  a  la actividad agropecuaria establecidos previamente influyen en estos factores.
“En  la  actualidad,  una  notable  tendencia  comercial  que  se  asocia  con  la  epidemia de la obesidad es la venta de productos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional y de  bebidas  azucaradas en  los  países  de  ingresos  bajos  y  medianos.  El  consumo  de productos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional es cinco veces mayor y el de refrescos  es  casi  tres  veces  mayor  en  los  países  de  ingresos  bajos  y  medianos  en comparación  con  los  países  desarrollados,  donde  el  consumo  está  llegando  al  nivel  de saturación  del  mercado”.
TT, Malik V, Rexrode KM, et  al. Sweetened beverage  consumption and risk of  coronary  heart  disease  in  women. Am  J  Clin  Nutr2009;89(4):1037-1042.  doi: 10.3945/ajcn.2008.27140
El  tamaño  de  las  bebidas  azucaradas  y  de  otros productos  comercializados  también  ha  aumentado  extraordinariamente  en  los  últimos años . Ha  aumentado  la  publicidad  de  las  bebidas  azucaradas  y  los productos  de  alto  contenido  calórico  y  bajo  valor  nutricional  dirigida  a  la  niñez  y  la adolescencia, lo que influye  en sus preferencias  alimentarias, en lo que piden comprar  y en sus hábitos alimentarios.
De  manera  análoga,  las  oportunidades  de  realizar  actividad  física  no  han  sido contempladas adecuadamente en la planificación urbana y además se ven afectadas por el aumento  de  la  violencia,  así  como  por  la  percepción  de  que  la  violencia  es  cada  vez mayor. Para  complicar  aún  más  la  situación,  el  entretenimiento  electrónico reemplaza  cada  vez  más  a  la  actividad  física  recreativa.  El  tiempo  que  los  adolescentes  pasan frente a una pantalla, que representa además una oportunidad de consumir alimentos y de estar  expuestos  a  la  publicidad  de  alimentos,  ha  aumentado  a  tres  horas  al  día  o  más.
Además, las escuelas han reducido el tiempo destinado a la educación física.
Este plan de acción se centra en la adolescencia por varias razones.
En primer lugar, la lactancia materna puede reducir  la  prevalencia  del  sobrepeso  y  la Obesidad en cerca de 10%. Además, la lactancia materna también puede ayudar a las madres a perder peso con mayor rapidez después del embarazo.
En segundo lugar, cuanto más temprana es la edad a la que una persona adquiere sobrepeso o se convierte en obesa, mayor es el riesgo que tiene de seguir teniendo sobrepeso o de tornarse obesa al avanzar la edad.
En tercer lugar, la obesidad tiene consecuencias adversas para la salud en las fases iniciales de la vida, dado que aumenta el riesgo de padecer asma, diabetes de tipo 2, apnea del sueño y enfermedades cardiovasculares. Estas enfermedades, a su vez, afectan  el  crecimiento  y  el  desarrollo  psicosocial  durante  la  adolescencia y,  con  el tiempo, comprometen la calidad de vida  y la longevidad.
En cuarto lugar, como los hábitos alimentarios se adquieren en la niñez hasta la adolescencia, la promoción y el consumo en la niñez y adolescencia de productos  de  alto  contenido  calórico  y  bajo  valor  nutricional, bebidas  azucaradas  y comida  rápida  interfieren  con  la  formación  de  hábitos  alimentarios  saludables.
Por  último,  los  adolescentes  son  incapaces  de  comprender  la  intención  persuasiva  de  la promoción  y  publicidad  de  los  alimentos  y  bebidas  de  bajo  valor  nutricional  que  se asocian con mayor riesgo de sobrepeso y obesidad en la adolescencia. Como en estas campañas promocionales  también  se  elude  el  control  paterno,  constituyen  una  preocupación  tanto ética  como  de  derechos  humanos.
Las adolescentes  se  ven  más  afectadas  por  la  epidemia  de  la  obesidad,  especialmente  en  los estratos  económicos inferiores,  lo  que  hace  que  el tema  se  torne aún más  complejo.
MEDIDAS PREVENTIVAS
La obesidad en adolescentes, así como sus enfermedades no transmisibles asociadas, son en gran parte prevenibles. Para apoyar a las personas en el proceso de realizar elecciones, de modo que la opción más sencilla sea la más saludable en materia de alimentos y actividad física periódica, y en consecuencia prevenir la obesidad, para esto es fundamental mencionar medidas preventivas.
PREVENCIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA A NIVEL POBLACIÓN
·         Atención  primaria  de  salud  y  promoción  de  la lactancia materna y la alimentación saludable.
Incluir   en   los   servicios   de   atención   de   salud   la   promoción   de   la alimentación saludable según las guías alimentarias nacionales basadas en los alimentos, así como otras actividades relacionadas con la prevención de la obesidad.
·         Mejoramiento del entorno con respecto a la nutrición y la actividad física en los establecimientos escolares.
Los programas nacionales de alimentación escolar, así como los sitios  de  venta  de  alimentos  y  bebidas  en  las  escuelas cumplan  con  las  normas  o reglamentaciones  que  promueven  el  consumo  de  alimentos  saludables  y  de  agua natural y restrinjan la disponibilidad de bebidas azucaradas y carbonatadas así como; productos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional.
Incorporar la actividad física diaria en el programa escolar.
·         Políticas fiscales y reglamentación de la publicidad y etiquetado de alimentos.
Aumentar  el  precio  de  las  bebidas  azucaradas  y  los  productos  de  alto contenido calórico y bajo valor nutricional mediante políticas tributarias.
Establecer reglamentos  para  proteger  a  la  población adolescente frente  al  efecto  de  la  promoción  y  la  publicidad  de  las  bebidas  azucaradas,  la  comida rápida y los productos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional.
·         Vigilancia, investigación y evaluación
Fortalecer  los  sistemas  de  información  de  los  países  para  que  los  datos sobre  las  tendencias  y  los  determinantes  de  la  obesidad,  desglosados  por  al  menos  dos estratificadores  de  la  equidad  estén  disponibles  sistemáticamente  para  la  adopción  de decisiones de políticas.
PREVENCIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA A NIVEL INDIVIDUAL
·         Limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares.
·         Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.
·         Realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los adolescentes).
·         Mantener un peso saludable.
·         Asistir a revisiones médicas preventivas periódicamente.
·         Comer, jamás saltarse ningún tiempo de alimentación (desayuno, colación, almuerzo, comida y cena) y no pasar más de 4 horas sin comer.
·         Seleccionar productos bajos en grasa, por ejemplo, lácteos descremados.
·         Preferir carnes blancas, sin piel (pollo, pavo, pescado y atún).
·         Ingerir abundantes líquidos sin azúcar: 2 litros diarios.
·         La responsabilidad individual solamente puede tener pleno efecto cuando las personas tienen acceso a un modo de vida saludable.


REFERENCIAS
Fung TT, Malik V, Rexrode KM, et  al. Sweetened beverage  consumption and risk of  coronary  heart  disease  in  women. Am  J  Clin  Nutr 2009;89(4):10371042.  doi: 10.3945/ajcn.2008.27140.7. Malik VS, Popkin BM, Bray G, Despres JP, et al. Sugar sweetened beverages and risk of metabolic syndrome and type.
TT, Malik V, Rexrode KM, et  al. Sweetened beverage  consumption and risk of  coronary  heart  disease  in  women. Am  J  Clin  Nutr2009;89(4):1037-1042.  doi: 10.3945/ajcn.2008.27140
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